6 RECURSOS PRÁCTICOS PARA TRANSFORMAR LA PREOCUPACIÓN EN MOTIVACIÓN

Vivimos en un mundo que se transforma permanentemente. Los ciclos de cambio son cada vez más cortos, y esta velocidad hace que muchas personas caigan asiduamente en la preocupación, con toda su carga emocional que, incluso, llega a asustarnos y paralizarnos.

 


La preocupación es la expectativa de que algo negativo está por suceder, aunque eso se puede redirigir y convertir en motivación, una forma de energía puesta al servicio de que algo positivo puede suceder.

 

 

Estos seis puntos serán de ayuda para salir de tu estado de preocupación y moverte al círculo de influencia positiva, que te ayudará a tener más motivación:

 

  1. Mantente en movimiento permanenteLos pensamientos rumiantes, esos que van por dentro, no te llevarán a muchos lugares nuevos. Es posible que sí encuentres información valiosa para analizar. Aunque sólo quedarte en el nivel mental de las cosas, analizando todo estructuradamente, no producirá ningún resultado. La clave es que te muevas, vayas por caminos desconocidos, tomes acciones y atajos distintos a los habituales: así aprenderás sobre alternativas a las cosas, y, de paso, conscientemente, distraerás tu mente de la preocupación y te conectarás con la energía de la auto motivación progresivamente. 
  1. Utiliza la empatía. Cuando estás preocupado podrías llegar a ser una fuente de problemas, peleas y energía de rechazo en tu vínculo con los demás. La empatía, habilidad para poder entender -no necesariamente justificar- a los demás, es saber mirar las cosas desde distintas perspectivas, incluso aquellas alejadas a tu pensamiento habitual. Al integrarla, aprenderás sobre los matices, la inexistencia de verdades absolutas, y la apertura de ventanas de conocimiento que te ayudarán a motivarte aún más. 
  1. Comunicación asertiva contigo mismo. El lenguaje con que te hables, y la suavidad contigo, serán claves para empezar a ser más asertivo. Utiliza palabras que ayuden a crear estados emocionales positivos, ya que de esta gestión dependerá en gran parte el resultado final que buscas. 
  1. Flexibiliza los paradigmas y creencias limitantes. A algunas personas les resulta especialmente complejo cambiar creencias limitativas y paradigmas que ya no les funcionan en el presente. Puedes consultar con un profesional entrenado para ayudarte a superar estas cadenas que te atan internamente y que no te dejan evolucionar. Es un proceso que vale la pena hacer. 
  1. Observa la línea de tiempo de tu vida. Esta herramienta que te recomiendo consiste en que, cuando tomes consciencia de que estás permanentemente en estado de preocupación, hagas una pausa, te serenes y empieces a recorrer tu línea de la vida. Empiezas en el momento presente y vas hacia atrás, año por año, tan cerca de tu origen en la vida como te permitas recordar. Se trata de una técnica poderosa para que puedas verificar situaciones parecidas que has vivido en el pasado y que te generaban preocupación. Al ‘verlas’ con el poder de tu visualización en ese recorrido por la línea de tiempo de tu vida, obtendrás información valiosa para entender el por qué de tu forma de procesar las cosas. 
  1. Aprende del proceso. Otra forma de lograrlo es conectar todo el tiempo con el sentido de las experiencias. La pregunta clave es “¿Qué hay de nuevo para mi aquí?”. Es un abre puertas que te ayudará a reconocer el aprendizaje oculto detrás de aquello que te preocupa.

Con el tiempo te convertirás en un experto en bucear profundo en las aguas tormentosas de la preocupación, y saldrás a flote para oxigenarte expandiendo tu círculo de influencia positiva. Estarás dispuesto a darle un nuevo significado a las experiencias, y saldrás fortalecido de los desafíos, y motivado para dar el siguiente paso en tu proceso de crecer, aprender y avanzar.